Examen de Hiroaki Hagiwara

(En este examen deberás relatar tu experiencia ante el primer encuentro
con la Dark Hour y en post siguientes el despertar de tu Persona)

23:25 PM.

Oscura era la noche, generalmente uno de esos dias donde parece que la luna se ha burlado de todos y desea no aparecer, para entorpecer el paso de los andates nocturnos cuyos sueños aun no han llegado para guiarlos a su mundo. El paso hueco y sin restricciones de varias personas se podia oir en los pequeños rincones de la ciudad, junto con varias risas indiferentes, sin sentimiento, solo un vacio inerte entre la arrogancia y el deseo de ir en contra de la sociedad de buena clase y postura.
Aunque los ojos de aquellos que no existen solo conservaban la atencion frente a un joven de indiferente e ignorante senblante, un estudiante que aun vestido el uniforme de la conocida academia Omoide Hokori se encaminaba sin rumbo aparente, interesado más en su lectura que en los pasos que daba.


23:55 PM.

El tiempo avanzaba, quizas demaciado a prisa, quizas demaciado lento. Acabaria de perderse, o tan solo se dejaba guiar por pasos perdidos. Ahora se encontraba en frente del antiguo y famoso castillo, de noche, tanto como de dia, realmente llegaba a causar serios escalofrios a causa de su lugubre y abandonada apariencia. más aun si era de noche, que le daba un aspecto mas...Oscuro.

-Ten cuidado...-Expreso libremente una persona por detras de el. Su voz era la de una joven, pero a como vestia, con el uniforme masculino de la misma que el estudiante a merced de la noche. Le miraba con aquellos misteriosos ojos azules, como advirtiendole de un peligro inminente. Sabia algo, algo que Hagiwara Hiroaki no podria adivinar ni en un millon de años.
Por el momento, la mirada perdida pero desinteresada del estudiante de solitaria apariencia, ahora seria testigo de un nuevo mundo.

Algo inevitable.


00:00 AM.

Voces, voces y más voces se oian entre murmullos. La noche se habia envuelto en la peor de las sensaciones, y el gran castillo comenzaba a deformarse hasta tomar la forma de una enorme torre de cantidad de pisos indefinidos y de un aspecto tan bizarro que hasta al mismisimo diablo le provocaria escalofrios.

La misteriosa joven de hace 5 minutos miraba la deformacion de la antigua construccion sin impresion, pareciera que fuera algo de todos los dias para ella. Se levanto un poco la chaqueta del uniforme y mostro una funda de arma... Con un arma.
La saco y le apunto al muchacho, como si fuera a dispararle. Pero en vez de ello, la sobresolto, como alcanzandosela.

-La necesitaras... Cuando sea el momento....-Se la llevo a si misma, apuntandose en la cabeza.-Deberas liberarlo... Bang.-Fingio dispararse y luego, tras unos segundos, se la lanzo para que la llevara consigo.

“En el medio del camino de la vida,
Me hallaba en selva oscura
Porque mi ruta había extraviado.”

Las palabras de ese famoso y gran poeta occidental, Dante Alighieri, inundaban mi mente con sus hermosas palabras. La Divina Comedia era un gran relato que mostraba el infierno oculto de la época en la que Dante estaba. Mi pensamiento era que si alguien hacía una reversión de la Odisea, como el Ulises, también alguien podía hacer una Divina Comedia en la actualidad, porque el infierno no está en las profundidades de la tierra…está en cada uno, y en nuestra realidad.

Y la realidad en la que estaba me lo mostraba, en esa noche oscura como boca de lobo, alumbrada falsamente por faroles o carteles de neón, mientras la gente con sus preocupaciones mundanas y egoístas reían y lloraban, gritaban y susurraban… ¿Por qué, en una época, todos pensaban que en el 2010 la humanidad iba a avanzar con el simple progreso tecnológico? Los pecados, las mentiras, los amores y las penas eran las mismas, solamente que con otra máscara…

Mi lectura era más interesante que la realidad...el descanso en los dormitorios podía esperar…

“¡Cuán dura cosa es decir cuál era
Esta salvaje selva, áspera y fuerte
Que me vuelve el temor al pensamiento!”

Los versos del italiano obnubilaron mi sentido y, entonces, lo único que existía era el infierno y mis pasos junto con Dante y Virgilio…

Una luz de un auto solitario alumbró mi imaginación y me devolvió a la realidad… ¿Dónde estaba?, miré enfrente mío para encontrarme con un castillo tenebroso, lleno de antigüedad y vidas pasadas. Poca forma le encontraba ya que la noche lo envolvía cual manto negro, haciendo una mole oscura e inmensa que parecía ser la visión de un monstruo en un gran letargo…

“Yo, Beatriz, soy quien te hace caminar;
Vengo del sitio al que volver deseo;
Amor me mueve, amor me lleva a hablarte.”

- Ten cuidado – Escuché la suave voz atrás mío y por un momento pensé que era Beatriz.
- ¿…? - Me giré con cuidado para encontrarme con alguien que, por un momento, me pareció andrógeno, ya que vestía como hombre pero tenía la belleza de una mujer. Unos segundos de silencio me costó para darme cuenta que decididamente ella era una chica que era más masculina, solamente. Algo medianamente normal. Sin embargo, sus ojos no lo eran. Azules, como los míos y me querían comunicar algo. No era bueno hablando ni tampoco detectando palabras en miradas, por lo que simplemente me limité a mirarla como siempre miraba a las personas.

“Allí, suspiros, llantos y altos valles
Resonaban al aire sin estrellas,
Y yo me eché a llorar al escucharlo”

Y entonces…la mano de un dios creador y retorcido comenzó a actuar: voces, murmullos, voces que inspiraban escalofríos sonaban como un eterno coro que celebraba la terrible metamorfosis de aquél castillo histórico al que miraba, por primera vez en varios años, sorprendido. Ante mí, lo que antes había sido un monstruo oscuro, durmiendo acurrucado en la noche, ahora era un gigante de apariencia infernal que se elevaba al cielo al punto de rasgar las nubes. Su escenario era el de una ciudad dormida en un fondo extrañamente verde, en la que había ataúdes y sangre puestos al azar. Era un Dante…que veía el infierno.

De inmediato, me giré para ver a la chica de apariencia masculina, para saber si ella estaba viendo la misma pesadilla horrenda que estaba viendo yo. Y, de hecho, la estaba viendo, pero con la tranquilidad de alguien que ve a diario alguien conocido. Me asombró y, a su vez, me repugnó que esa chica pudiera actuar con semejante naturalidad ante semejante hecho…quizá era un demonio. Entonces, hizo algo que no me esperaba: se levantó ligeramente la chaqueta del colegio, mostrando una funda de una pistola con una pistola adentro y, la sacó, apuntándome. Por un momento, mi corazón dejó de latir ¿Me iba a matar? Nada explicaba nada en esos últimos momentos que estaba viviendo y mi cabeza se llenaba de demasiadas preguntas que me quedé paralizado mientras me sentía impotente ante la situación.

Estaba equivocado. No me disparó, ni me amenazó; Simplemente me la ofreció y habló.

- La necesitarás…cuando sea el momento… - dijo mientras se la llevaba a la sien, apuntando su cabeza. Otra acción que cortó mi respiración – Deberás liberarlo…Bang. – apretó un gatillo simbólico con su mano y, tras unos segundos, me la lanzó. Por reflejo, la tomé en el aire y la observé: era extraña, ya que parecía más de juguete que real y tenía una inscripción que decía “S.E.E.S”.

- …Esto es extraño… ¿Qué tengo que liberar? – Pregunté, intentando parecer tranquilo ante la situación e intentando hablar bien, ya que hacía mucho tiempo no tenía tantas dudas - … ¿Qué sucedió con el castillo?

Se le quedo observando escasos segundos, como analizando todo de el. Siempre habia tenido una gran afinidad a conocer y saber como es la gente que le rodea con tan solo mirarla. ¿Una habilidad natural?...Quizas. O Quizas no.

-A juzgar por tu reacción debo decir que eres mas inocente de lo que aparentas... Sea como sea lo unico que debes hacer es tener el coraje de dispararte con eso. Obviamente, cuando lo creas necesario. Sera la unica forma que tienes de defenderte.-Explico sin meros retardos, comenzando a caminar en direccion a la entrada del bizarro castillo, con las manos en los bolsillos a paso lento y tranquilo. De cierta forma, al actuar asi, era como si le digera al inexperto y confundido acompañante que le siguiera si queria sobrevivir.

Ahora solo podia dejarlo a su suerte, si era buena se encontrarian con alguno de "ellos" de menor nivel, algo que el joven estudiante pudiera manejar sin problemas, pero si no tenian tanta buena suerte, quizas se pudieran encontrar con uno muy fuerte, algo capaz de matar sin piedad al nuevo "usuario".

Se detuvo un segundo, frente a ella ahora se movia con peligrosidad un pequeño grupo de criaturas que parecian una especie de plasma negra que se movia sin dificultades. Les miraba con descuido, como si no le termira a estas...cosas. Aunque luego, dirigio sus orbes azules a algo más grande, era una especie de caballero de armadura, que estaba listo para pelear.
Se volteo, sin mas que decir, y le sonrio.

-Si no quieres morir... Deberas pelear...-Saco una lanza, no.... Un tridente. Solo se encargo de los pequeño, y luego de unos minutos, miro al chico otra vez. Con una mano hize aden de un arma y de dispararse.






Sabes que hacer... pero.... ¿Tienes el coraje?

La chica se limitó a mirarme, analizándome con sus bellos ojos mientras intentaba mantener una mirada seria, pero que no podía modificar un ligero semblante de preocupación en la frente. Después de unos segundos, comenzó a hablar.

- A juzgar por tu reacción debo decir que eres más inocente de lo que aparentas... - ¿Inocente? ¿Por qué? Mi reacción era natural ante los extraños eventos que estaba viendo…era natural… - Sea como sea lo único que debes hacer es tener el coraje de dispararte con eso. Obviamente, cuando lo creas necesario. Sera la única forma que tienes de defenderte.

- …No me respondió la pregunta… – murmuré para mí mismo, pero sin atreverme a contrariarla. Ella comenzó a caminar hacia la enorme estructura, tranquila y con las manos en el bolsillo, invitándome indirectamente a que la siguiera. Ella debía ser mi Virgilio… ¿Pero contra qué me tenía que defender? Las dudas fluían y fluían…


Mientras caminábamos yo intenté seguir con mi lectura, para parecer más tranquilo, pero mis sentidos estaban atentos a cualquier sonido o movimiento que significara el de un “enemigo”. Sin embargo, no sabía como era lo que me podía atacar… quizá fuera como un humano…

Pero mi pensamiento rápidamente cortó esa idea ya que la chica se detuvo ante la aparición de unos líquidos negros y viscosos como petróleo que se movían con voluntad propia. Desparramaba unos tentáculos del mismo material que parecían más brazos. La visión de aquellos seres infernales me dio náuseas, pero por orgullo, me mantuve firme. Sin embargo, no pude ocultar mi sorpresa cuando vi al gigantesco ser que parecía ser un caballero vestido en una armadura negra que a veces parecía el mismo material de los más pequeños. Era tenebroso en su mirada vacía podía notar que estaba listo para atacarnos.

Observé a mi compañera para saber cuál era su reacción y me sorprendí aún más: estaba sonriendo.

- Si no quieres morir... Deberás pelear… - Dijo mientras sacaba un imponente tridente. Sin decir más palabras, comenzó a deshacerse de las criaturas oscuras más pequeñas. Me había quedado fascinado por los gráciles movimientos de la chica que destruía a aquellos seres con una facilidad increíble, como si fuera una actividad rutinaria para ella. Cuando terminó, me volvió a mirar con aquellos ojos azules. Podía aguantar su mirada que parecía conocer demasiado sobre ese extraño mundo que estaba experimentando, pero sentía que nunca iba a poder igualarla.

- Sabes que hacer... pero.... ¿Tienes el coraje? – fueron las palabras que salieron de su boca.

- No...me conformo con saber que hacer. – respondí mientras comenzaba a caminar hacía el monstruo con apariencia de caballero. Su lanza parecía querer clavarse en mi cuerpo y desangrarme. Tenía miedo, porque estaba caminando hacía una muerte segura. Es lógico tener miedo. Pero no era lógica que mis piernas no me dejaran hacer el camino contrario.


Estaba a cinco metros del caballero que comenzó a acercarse peligrosamente. Dejé de caminar. El caballero ya tenía la oscura lanza para atravesarme por completo. Intenté apuntar al caballero, ya que era lo lógico. Pero hice algo ilógico: me apunté en la sien ¿Por qué estaba haciendo cosas ilógicas? Yo no hacía eso. Nunca. La lanza del caballero estaba apunto de atravesarme cuando mi dedo tembló ¿Estaba disparándome? No era lógico matarme. Y, contra lo lógico, apreté el gatillo. Y dije una palabra, simple y concisa…una palabra que no entendía.

- Persona.

-Ya comenzo...-Sonrio de forma satisfecha, lo habia adivinado bien. Sabia que el era como ella. De una u otra forma, ya era la hora.

Una enorme luz quebrada en cristales se hizo visual al disparar, como la sangre que sale despedida ante el impacto de una bala. Una bala que nunca existio. Ante la adrenalina, el enfretar cara a cara con la muerte, liberó un gran poder, uno unico que naceria entonces de su lado más oculto e inconciente.

Su verdadero "yo".


Tenia la apariencia de un angel. Ahora se hacia presente, de forma fisica y espiritual, el "Persona" del joven, esa voz en su cabeza que le hablaba en la inconciencia, la conciencia materializada en un ente poderoso y capaz de pelear contra esas criaturas nacidas de otros conciencias cuyos "seres originales" habian negado y ocultado bajo una mascara de mentiras y actuaciones sin sentimiento.

"Yo soy el poder nacido de ti, soy tu y tu eres yo. Nacido de tus sentimientos, dudas y secretos, ahora soy tu poder, soy tu verdero ser y ante mi madre arcana "The hermit" sere tu espada y armadura ante la amenaza de los que tu concideres enemigos.

Mi nombre es Zeruel, la potestad del silencio. Tu persona."


-Ahora ve.... Hagirawa Hiroaki, pelea por sobrevivir...-Recito la muchacha observando con orgullo al nuevo recien nacido, el Persona del "The Hermit", Zeruel.

…no estaba muerto. La euforia, la adrenalina de haber disparado una bala en mi cabeza inundaba mis venas, mientras sentía…algo indescriptible. Como si estuviera siendo iluminado por una luz divina que me arrastraba a un estado de felicidad y agradable sorpresa. Por un momento, había tenido miedo a morir. Pero aquella fuerza que liberé al apretar el gatillo no me había lastimado, sino que…me había hecho sentir la energía de un poder más allá de lo humano.

Un ser celestial brillaba y confundía mis sentidos. Era de aspecto angelical, con una gran espada, y parecía más un humanoide mecánico. El ente estaba entre algo físico pero también espiritual, por su brillo sobrenatural y su apariencia medianamente transparente. Comencé a escuchar una voz que provenía de ese ser, pero no era un sonido… “sentía” su mensaje, como si estuviera escribiéndolo en mi mente.

"Yo soy el poder nacido de ti, soy tú y tú eres yo. Nacido de tus sentimientos, dudas y secretos, ahora soy tu poder, soy tu verdadero ser y ante mi madre arcana "The hermit" seré tu espada y armadura ante la amenaza de los que tu consideres enemigos.
Mi nombre es Zeruel, la Potestad del Silencio. Tu persona."

Aquella ilusión mental del ente que me estaba hablando desapareció, ubicándome otra vez en la realidad, en una lucha por sobrevivir de aquél caballero oscuro que quería asesinarme. Zeruel, el ser que se presentó como mi “Persona”, estaba enfrente mío, protegiendo con su tamaño el embate de la lanza de aquél ser oscuro.

Atrás estaba la chica, mirándome con orgullo y seriedad ante la aparición de Zeruel…mi verdadero ser. Mi mirada se transformó, por un segundo, en la de agradecimiento hacia la chica, y después siguió siendo la misma.

- Ahora ve.... Hagiwara Hiroaki, pelea por sobrevivir... – dijo, como si hubiera sido condecorado un hidalgo. Ese mundo que había descubierto en poco tiempo me comenzaba a resultar fascinante después de haber despertado a esa faceta espiritual de mi personalidad. Estaba feliz.

- Zeruel… - susurré, seguro de que me escucharía o que sabría mis intenciones – Elimina esa monstruosidad.

Y esperé con cierto placer a que la Potestad del Silencio actuara.

Sin mas que decir, Zeruel le obedecio sin dilemas.

En tanto lo que respectaba a esa chica misteriosa que habia salido de entre medio de la noche ahora se marchaba, para dejar continuar esta pequeña "iniciacion" a su joven compañero, el recien nacido del mundo de los "Persona".

-Bienvenido....-Murmuro de forma casi inaudible, como si le hablara y asi, la noche continuo.


Felicidades, ahora tienes tu Persona. Ahora tu aventura comienza.

Elige bien tu camino, y creceras.


Datos obtenidos:

Nombre del usuario: Hiroaki Hagiwara
Edad: 17 años
Persona: Zeruel, la Potestad del Silencio.
Arcana: The Hermit
Elemento: Bufu (Nivel 2)
Elemento regalado: Hama (Nivel 2)

Habilidad obtenida del usuario: La capacidad de juzgar correctamente las acciones de los ajenos.