Esperando la noche.

Una nueva jornada de escuela habia terminado, en esta oportunidad Rioto no se encontraba de humor para paseos de tarde así que negando cordialmente la invitacion de algunos de sus compañeros para ir al distrito comercial y pasar la tarde afuera, decidió regresar al dormitorio.

Al abrir la pesada puerta, encontró el hall de entrada vacio, usualmente otros estudiantes de grados superiores pululaban de aquí para alla haciendo el vago en los sofá, mirando la tele o simplemente estando allí despreocupadamente, pero en esta oportunidad todo estaba sumido en silencio...no era nada inusual tampoco, la mayoria elegiria por despejarse un rato al aire libre tras un duro dia de escuela.

Subió las escaleras hacia las habitaciones del primer piso, allí es donde se le habia asignado la suya propia, exactamente en la ultima puerta al fondo del pasillo. Al llegar allí, entró sin importarle dejar la puerta entreabierta y se hechó boca abajo en la cama...cualquiera que se asomase por la puerta encontraria una habitacion poco más que lujosa. Si bien los padres de Rioto habian aceptado a regañadientes que se mudase, lo cierto era que aun a la distancia seguian mimandolo enviandole todo tipo de cosas para su comodidas, así que su habitacion estaba amueblada con una cama increiblemente comoda, muebles nuevos, un TV propio de plasma, una consola de videojuegos de ultima generacion, reproductor de DVD, reproductor de audio y cuantas chucherias pudiese necesitar...no las necesitaba, de hecho rara vez las usaba, solo para pasar el tiempo junto a su vicio con los videojuegos.

Giró en su cama acomodandose, quedando de espaldas a la puerta y observó en una mesita contigua un retrato de él y sus padres, aun en sus caras felices para la foto, Rioto podia adivinar la amargura interna de ellos ante ese hecho que habia decidido ocultar del conocimiento de todos...
Extendió su mano y rozó el frio vidrio del portaretratos con la yema de uno de sus dedos y dejó escapar un largo suspiro, realmente los extrañaba y hechaba de menos...las visitas una vez al mes le parecian eternas y en realidad le sabian a poco, pero así eran las reglas.

Buscó en el cajon de aquella mesita y extrajo el control remoto del equipo de audio y lo encendió, dejando que sonase una melodia al azar de las que pasaban en la radio.

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Bajó el volumen lo suficiente como para no provocar quejas si algun otro estudiante entraba y con la musica sonando solo se quedó allí acostado, pensativo y un tanto triste...eventualmente le daban aquellos ataques de melancolia que traspasaban las defensas de su optimismo y su alegria, dejandolo vulnerable como a un cachorro. Pero así era la vida que habia elegido al haberse comprometido con la causa de S.E.E.S.

La jornada escolar había terminado. Guardé mis cosas con tranquilidad, excepto un libro que estaba leyendo, y salí del colegio, ya que ese día no tenía arquería. Reanudé mi lectura mientras caminaba, concentrado en la ficción, y esquivaba con naturalidad a las personas que caminaban por la calle. Me había acostumbrado a caminar mientras leía en las calle, ya que ponía todos mis sentidos, excepto la vista, atentos para no chocarme con alguien o cruzar algún semáforo en rojo.

El relato era de un autor occidental, Stevenson, el escritor de Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Me había encantado ese cuento que ponía en pie la dualidad de un hombre de una manera novedosa, por lo menos, para esa época en occidente. Sin embargo, el cuento que estaba leyendo, El Club del suicidio, me estaba decepcionando. Tenía un argumento interesante pero el final, tan poco emocionante, arruinaba bastante el contenido inicial del cuento.

Cuando lo terminé, ya estaba en los dormitorios, abriendo las gigantescas puertas del edificio, entre una mezcla de satisfacción por haber llegado a mi destino y decepción, por aquél cuento que había leído. Una vez dentro del hall observé mis alrededores para ver que no había absolutamente nadie. Suspiré: la tranquila soledad del hall me gustaba, pero, en cierta manera, me generaba desconfianza por el mismo lugar al verlo tan vacío, como si de un momento a otro saliera un monstruo…

Como el caballero oscuro de la otra noche. Todavía no había olvidado aquellos hechos ocurridos en los que desperté ese extraño ser en mi interior llamado Persona. Siempre había sido bueno recordando cosas, y era un problema, ya que muchas veces terminaba por recordar sueños demasiado nítidos que me hacían disfrutar al recordarlos o pesadillas que helaban mi sangre. De esa extraña situación había pensado lo mismo, pero algo me decía que no era lo que yo pensaba. El día anterior había visto la chica llamada Hyobanshi Tsubasa, que había aparecido en ese “sueño”. Durante ese día, por lo menos, durante los recreos, la seguía para ver si hacía algo sospechoso. Nada, de hecho, parecía una chica normal en esa edad que solamente tenía el uniforme masculino. Sin embargo, cuando fue a la azotea, la escuché hablar con otro chico sobre los “Personas”. Y eso fue suficiente para que dejara de creer que aquello había sido un sueño. Tenía demasiada curiosidad sobre ese tema, pero no quería incomodarla preguntando…o, en cierta forma, sentía una mezcla entre emoción y miedo por saber más de aquello…tenía el presentimiento de que cambiaría mi forma de ver la realidad.

Subí las escaleras hasta el primer piso, el segmento masculino de habitaciones, y, sacando una llave, abrí la puerta, entrando en mi habitación. No era la gran cosa: Una cama, una estantería que desbordaba peligrosamente de libros, un escritorio y sobre él una notebook. Un armario pequeño y un cajón al lado de mi cama. No era una habitación grande, pero valía para vivir. Dejé mi mochila en un rincón de la habitación mientras suspiraba. Estaba por desprender mi camisa cuando me di cuenta de un murmullo en el pasillo. Con cuidado y desconfianza, salí al pasillo de vuelta, mientras intentaba oír de donde venía ese murmullo que parecía música. La última habitación del fondo tenía la puerta entreabierta y de ahí parecía venir el sonido. “Debe ser otro alumno que estaba en el edificio” pensé mientras suspiraba: Ese era el problema con los Dormitorios cuando no había nadie, cualquier sonido me hacía ponerme a la defensiva. Sin embargo, no entré a mi habitación y comencé a caminar hasta la última habitación de la que venía el sonido…no quería molestarlo, pero me resultaba un poco extraño que si deseaba privacidad hubiera cerrado la puerta.

Cuando llegué pude observar lo suficiente de la habitación para decir que el alumno estaba acostado en su cama, durmiendo, o desmayado. Sentí un poco de preocupación y toqué la puerta al mismo momento que comenzaba a hablar dubitativo:

- Disculpe… ¿Está usted bien? – pregunté con seriedad, sabiendo que quizá solamente estuviera acostado, descansando de un día del colegio.

Finalmente habia logrado relajarse allí acostado, la musica agradable ya se habia llevado la pena y solo le habia dejado una sensacion de sereno vacio en su interior. Ya marcaba el ritmo de la musica con su mano mientras ponia su mente en blanco para no pensar en nadacuando el sueño comenzó a apoderarse de él, finalmente hacer el vago sumado al cansancio del dia escolar parecian haber vencido en la batalla interna de Rioto.

Cuando cerró los ojos para quedarse dormido, escuchó una voz que le llamaba, la sorpresa le produjo un escalofrio y le obligó a levantarse casi de un salto, con tanta mala suerte que encontrandose casi en el borde de la cama, distribuyó mal su peso y terminó resbalando por el costado, cayendo al piso y desapareciendo de la vista de Hiroaki.

-Ittee....ouch....- Fue todo lo que se escuchó, y tras un momento, la cabeza de Rioto se asomó por el costado de la cama mirando hacia la puerta reconociendo de inmediato a quien le habia sorprendido.

-Ettoo...buenas tardes, Hiro sempai...- Dijo algo apenado y se puso de pie, frotandose un poco el trasero antes de acercarse a la puerta y enfrentarlo. -Lo siento...casi me quedo dormido, gracias por preocuparte, pero me encuentro bien...molesté con el ruido?- Preguntó inocentemente, ladeando la cabeza mirandolo con curiosidad. -Necesita algo?.-

Cuando escuchó mi voz, la persona que estaba acostada se sorprendió y quiso levantarse rápidamente pero, al parecer, se cayó de la cama. Por un momento no la pude ver pero después apareció la cabeza de un chico, resultando un conocido de Tsubasa-san, Rioto-san. Me sorprendí un poco ya que nunca lo había visto en los dormitorios…aunque, estaba en los dormitorios solamente para lo necesario; La mayoría de las veces me la pasaba vagabundeando mientras leía o iba a arquería.

- Ettoo...buenas tardes, Hiro sempai... – dijo, mientras se asomaba por la puerta. Vislumbré un pequeño espacio en la habitación de Rioto-san: parecía estar bastante llena de cosas tecnológicas. Eso me hacía pensar en el por qué el chico estaba ahí…quizá era por una cuestión de acostumbrarlo a la independencia. No lo sabía ni tampoco tenía sentido seguir pensando mientras el pequeño chico me hablaba - Lo siento...casi me quedo dormido, gracias por preocuparte, pero me encuentro bien... ¿Molesté con el ruido? ¿Necesitas algo?

- Perdona…no quise molestarte – dije mientras hacía una pequeña inclinación en señal de disculpas – No sabía que vivías aquí…y no, no molestas con el ruido – dije, con un gesto tranquilizador – No, no necesito nad…

Dejé de hablar por un momento, mientras comenzaba a pensar: “Rioto-san…puedo sentir algo extraño en él” dije en mi cabeza, mientras miraba a la nada…me había sentido de la misma manera cuando estuve en esa pequeña reunión en la azotea con Tsubasa-san y Shizuka-san…cuando bajé esas escaleras y me encontré con otras personas, las sentí diferentes…diferentes a lo que sentía en ellos dos…lo mismo me pasaba con Rioto-san. Por alguna razón, algo en mí me decía que él era especial y que podía saber algo de aquél tema que tanto me daba curiosidad...tragué saliva, con un poco de nerviosismo. Sin embargo, no me sentí lo suficientemente valiente al hablar:

- ¿De dónde conoces a Tsubasa-san? – pregunté, de repente. La pregunta no era la que quería hacer yo, pero me había salido por instinto…tendría que haber juntado más coraje al hablar…

Los gestos nerviosos de Hiro le provocaron una leve sonrisa, parecia querer decir algo que llevaba guardado, mas sin embargo habia optado por una pregunta más distinta de lo que pensaba.
Al escuchar esa pregunta, giró sobre si mismo y se sentó en la cama invitando a pasar a Hiro señalandole una silla...evidentemente en esa charla habria algo más que preguntas evasivas, solo seria cuestion de ver si su sempai se atreveria a hablar. Llevó un dedo a su menton mostrandose pensativo, recapitulando los sucesos que le habian llevado a conocer a su querida onee-san, si bien las circunstancias habian sido bastante innaturales a las que tendria un chico normal, dentro de todo habia sido algo bastante comun.

-Uhmm...Tsu-chan?...a ella la conocí cuando me transferí a esta academia y al dormitorio, ella me ayudó a instalarme y me enseñó muchas cosas...todo esto en parte se lo debo a ella.- Sonrió ampliamente mostrando ademas un leve sonrojo, cada vez que hablaba de su onee-san le sucedia a ello, quizas producto del afecto que sentia por ella.

-Pero no es eso lo que querias preguntarme, verdad sempai?- Preguntó a Hiro ladenado su cabeza en un gesto inocente pero con una segunda intencion oculta.

Cuando solté la pregunta que no era la correcta, Rioto-san se limitó a entrar en su habitación e invitarme a entrar. Mientras él se sentaba en el borde de su cama, me indicó una silla para que me sentara. Algo inhibido de entrar en la habitación de otra persona (ya que era la primera vez que lo hacía) me senté, con mi espalda recta pegada al respaldo de la silla y mis manos moviéndose nerviosamente en mi regazo.

Al hablar de Tsubasa-san, el pequeño chico demostraba tenerle un gran cariño, visible por su manera de hablar y de llamarla “onee-san”. No había nada extraordinario en cómo la conoció ni nada por el estilo. Simple y pura realidad de cómo dos personas se conocen. Evidentemente mis preguntas no eran las mejores para comenzar una charla.

Sin embargo, después de terminar de decir sus palabras, comenzó otras, que me intrigaron y me dejaron extrañado:

- Pero no es eso lo que querías preguntarme, verdad sempai? – dijo Rioto-san, ladeando un poco la cabeza con inocencia. Quizás era yo, pero sentía que él había adivinado mi pensamiento cuando dudé en preguntarle. Cada vez más sentía ganas de revelarle todas mis dudas sobre aquél mundo oscuro y bizarro que había descubierto, pero cabía la posibilidad que solamente fuera una sensación errónea el pensar que Rioto-san supiera algo al respecto o fuera especial…tenía miedo de equivocarme y que pensara que estaba loco o algo así. Pero algo que no podía ocultar en mi propio ser era que sentía emoción y miedo por saber qué era aquél mundo. Curiosidad, una curiosidad insaciable que me consumía de gran manera y que, poco a poco, controlaba mi lengua para que dijera mis intenciones.

Suspiré, nervioso por lo que iba a decir… ¿Y si estaba equivocado? ¿Y si aquél pequeño amigo de Tsubasa-san no sabía nada y lo terminaba por asustar por mi rara pregunta? Debía…arriesgar.

- N-no sé c-cómo d-decirlo – tartamudeé, tomando una pequeña bocanada de aire, como si eso me inundara de valor y coraje – Pero… ¿S-sabes lo que es un Persona, Rioto-san?

Lo había dicho…ahora tenía que enfrentar su respuesta, para bien o para mal.

El creciente nerviosismo de Hiroaki-sempai volvia a resultarle comico, aun así evitaba reirse para no incomodarle aun más. Entendia que no pudiese expresar claramente lo que queria saber, el tampoco habia podido hacerlo en un principio cuando se vió envuelto en los sucesos de la "dark hour" poco a poco y con experiencia fue aprendiendo todo lo que debia saber al respecto.

Aun así, se permitiria a sí mismo un momento para divertirse un poco. -Pero… ¿S-sabes lo que es un Persona, Rioto-san?- Al escuchar la pregunta acertada de Hiroaki, Rioto llevó un dedo a su menton en pose pensativa y miró con un gesto extrañado a su sempai.

-Per...sona?....- Que es eso?...una PC portatil o algo asi?......- Con ese gesto extrañado se le quedó mirando en un momento de incomodo silencio hasta que cambió su expresion sonriendo y conteniendo una risa. -Lo siento...si se lo que es un Persona, pero....crei que onee-san habia hablado de ello contigo y con el otro chico extraño.- Tras decir eso, rodó en su cama hacia atras y buscó entre sus estantes abarrotados de cosas. Seguir escondiendo el asunto ya no tenia sentido, posiblemente tuviesen que contar con la ayuda de Hiroaki-sempai en la lucha contra Babilion, finalmente extrajo una caja de madera la cual llevó consigo y la colocó en su regazo al sentarse nuevamente en la cama.

-Un Persona esss....uhmmmm....la forma fisica de nuestra personalidad y nuestros sentimientos...algo asi...- explicó mientras abria la caja y sacaba un arma que posiblemente para aquel chico le fuese familiar. -En los momentos de dificultad, esta Persona emerge para danos la fuerza para salir adelante...pero se encontró una forma de utilizar esa fuerza para algo más, en este caso para combatir a un enemigo comun, la torre que debes haber visto en el castillo Rokuen, los que podemos utilizar a nuestros personas nos unimos bajo una organizacion llamada S.E.E.S.- Realmente no sabia si habia visto todo aquello, pero si los Persona habian llegado a los oidos de ese chico, no habia sido por casualidad.
-Nostros los que despertamos a los Persona podemos invocarlos y utilizarlos para luchar gracias a esta arma, le dicen Evoker por que es la unica forma de traer al mundo real su forma fisica...- Tras enseñarle el arma y darle la explicacion, volvió a guardarla y se le quedó mirando con curiosidad, a saber que seria lo proximo que le preguntase al respecto

Esperé, expectante, la respuesta del pequeño amigo de Tsubasa-san, para ver si estaba equivocado o no. Por unos segundos quedó en posición pensativa mientras me miraba y después, habló:

- Per...sona?....- Que es eso?...una PC portatil o algo asi?...... – …Sabía que estaba equivocado…me quedé en silencio, ligeramente humillado, hasta que volvió a hablar, con una sonrisa en sus labios - Lo siento...si se lo que es un Persona, pero....crei que onee-san habia hablado de ello contigo y con el otro chico extraño. - …Entonces… ¿Era verdad? ¿Tenía razón? Estuve tentado en sonreír, pero era algo que no me salía naturalmente…pero, entonces… ¿Significaba que Rioto me había hecho una broma?...El pequeño chico resultaba ser gracioso. Suspiré, en parte tranquilo porque tenía razón y en parte un poco molesto por la broma; Con ese tipo de temas no se bromea, Rioto-san…

Mientras Rioto-san buscaba algo en su estantería que parecía explotar de cosas, yo hablaba en un tono de voz más tranquilo y normal, intentando explayarme por su último comentario:

- Sí, Tsubasa-san lo explicó…pero necesitaba comprobar que sabías del tema. – expliqué, a modo de dar a entender mi primera pregunta.

Cuando Rioto-san volvió a hablar, me mostró una pequeña caja de madera que, de adentro de ella, sacó algo que recordé completamente: era el mismo tipo de pistola con la que me había disparado en la sien. Sí, aquél chico parecía estar completamente metido en el asunto de ese extraño mundo. Sin embargo, la explicación agregó varios elementos más, además de qué era un Persona: al parecer, una organización llamada S.E.E.S, (La misma sigla que estaba grabada en el arma) en la cual parecían pertenecer tanto Tsubasa como Rioto, luchaba contra una esa temible torre que ascendía hasta los cielos como la Torre de Babel. Recordaba eso perfectamente, aunque cierto dolor aparecía en mi cabeza cuando pensaba en todos los recuerdos que aquella noche. El arma se llamaba Evoker, porque invocaba desde el fondo del usuario que se disparara un Persona, esa representación física de la personalidad de uno.

Rioto la volvió a guardar mientras me miraba, esperando a que preguntara otra cosa. Me había quedado pensativo…recordaba bien cómo se había puesto el ambiente…esa sensación opresora y fría…la sangre, como si fuese exudada de la propia ciudad y…los ataúdes, imponentes, como grandes estatuas que recordaban dónde íbamos a dormir eternamente…mi piel se erizó y se puso fría; aquél lugar me daba escalofríos…y miedo.

- Si conoces esa… “torre”, si una monstruosidad así se puede llamar, también debes conoces como se transforman los alrededores – comencé a decir, en tono completamente serio y frío – Ataúdes, sangre y una terrible luna… ¿Qué es aquello? ¿La “cosa” esa genera la extraña situación en la ciudad o el propio ambiente genera la “torre”? – tenía más dudas, pero prefería darlas por partes, para no abrumar a Rioto-san.

-Si...conosco todo al respecto.- Dijo el joven Rioto igualando el tono serio y frio de Hiroaki...de hecho podia afirmar que despues de Tsubasa era el más poderoso de la organizacion, habia estado en muchas incursiones a la torre y habia visto toda clase de horrores en su interminable ascenso...horrores tales que hacian de las situaciones normales del hombre como el hambre, la guerra y demas estigmas mundiales como si fuesen un cuento de hadas.

-En realidad, todo eso que ves...no es mas que una proyeccion de los pensamientos negativos de la gente, ese mundo oscuro y tenebroso que experimentamos, demuestra como la gente poco a poco a comenzado a perder las ganas de vivir.- Explicó de la misma forma que le habian explicado a él cuando se unió a la organizacion. -En realidad no estamos seguro de que lo provoca...lo unico que sabemos es que es innatural y tenemos que acabar con eso de alguna forma, por eso necesitamos usuarios Persona...como tú.- Le confesó finalmente, sin duda seria reclutado para S.E.E.S, si habia visto la Dark Hour y sobrevivido, sin duda era capaz de luchar.
-Lo cierto es....que vamos a necesitarte para luchar con nosotros, pero nadie puede obligarte, si deseas ayudarnos con esto...te llevaré con el jefe en la proxima reunion.-

- Si...conosco todo al respecto. - dijo Rioto, cambiando su mirada…ese tipo de ojos los había visto en otro lado…y los recordaba perfectamente. Esa noche, esos putrefactos y acuosos seres comenzaron a aparecer mientras uno, mucho más grande y con forma de caballero, esperaba a atacar en el fondo. Ella, había dicho unas palabras “Si no quieres dormir…deberás pelear…”. Bastaron unos segundos para que eliminara a todos los bizarros seres de negro…y entonces, esa mirada. La de ella era azul, la de Rioto era de un rojizo débil…pero los dos tenían la misma magia en la mirada; Podía aguantar esas miradas…pero tenían una extraña sabiduría, una sabiduría que la mayoría ignorábamos…y sentía que la diferencia entre ellos y yo era inmensa.

El joven amigo de Tsubasa me explicó que aquél lugar era la representación de los pensamientos negativos de las personas, una muestra de que, poco a poco, la gente perdía más las ganas de vivir… “el infierno está en cada uno…es personal, doloroso y pocas personas pueden salir de él…y aún más pocas aceptarlo” pensé, mirando tristemente el vacío.

Entonces dijo algo que, por un momento, no pude creer: me ofreció a unirme a esa organización. Necesitaban individuos con ese poder, Persona, para investigar y eliminar ese espacio tenebroso que transformaba a toda la ciudad. Mi rostro demostraba mucho asombro y no podía ocultarlo. Intentaba decir algo, pero ninguna palabra salía…tenía que aceptarlo: no me esperaba para nada la existencia de una organización así. Menos que Rioto-san fuera parte de ella y pareciera un gran veterano...las preguntas eran, ¿Iba a ser útil? No tenía garantías de que ese poder que había despertado adentro mío fuera a funcionar otra vez… ¿Iba a ser confiable? Sentía que el investigar y luchar en ese lugar era una cuestión de vida y muerte…y miedo por mi vida podía sentir, pero aún más miedo por la vida de los demás; No estaba seguro de si era capaz de proteger a los otros.

Suspiré, ordenando mis palabras cuidadosamente y miré a Rioto...estaba inseguro.

- Entiendo la situación, pero dime… ¿Cuántos miembros sois? – pregunté con seriedad – Todo esto... siento que…déjalo ahí – terminé por decir, interrumpiendo lo que iba a ser una sincera catarsis de cómo me sentía…no era necesario – Voy a unirme, Rioto-san. – A pesar de mis inseguridades, de mis dudas y de mi desconfianza hacia mi propia fuerza, todo eso era superado por una bestia insaciable: curiosidad. Me estaba uniendo a una causa justa y razonable para apoyarla, pero en el fondo de mi corazón existía el interés por ese mundo; Tanto tiempo había pensado que la ficción superaba tristemente a una realidad gris y chata y me encontraba con esta situación, sacada completamente de algún relato terrible de Lovecraft…era un egoísta…un asqueroso y miserable egoísta…iba a ayudarlos y eliminar esa malsana curiosidad adentro mío.

-Actualmente en servicio somos solo Onee-san y yo...los demas miembros poco a poco han perdido su eficacia y solo nos brindan apoyo, nosotros somos "la nueva sangre"- Explicó con tranquilidad a Hiroaki como si aquello se tratase de la cosa mas normal del mundo, pero lo cierto era que eran sus vidas las que se ponian en la linea noche tras noche en las que encaraban incursiones a la torre.

-Yo tambien tenia...no...aun tengo miedo, pero solo nosotros podemos hacerlo, no te pediria esto si realmente no te necesitaramos, pero tu despertaste a la realidad y tienes el poder para cambiarla...tenemos que trabajar juntos para proteger a la ciudad...no...protegernos a nosotros mismos y a los que queremos.- Lo miró con ojos entre esperanzados y decididos. Al escucharlo aceptar, sonrió aliviado y asintió, quizas ingenuamnete, pero confiaba en él, sabia que seria un aliado más que util.

-No te preocupes...para mi fue dificil tambien y aun lo es, pero aprenderas todo lo necesario para hacerlo bien, nosotros trabajamos juntos y aprendemos juntos...ninguno de nosotros nació sabiendo como pelear contra creaturas de pesadilla- Rió tontamente frotandose la nuca suavemente y luego se puso de pié y camino hacia Hiroaki, tendiendole la mano.

-Cuando llegue el momento, te llamaré y allí podras presentarte con el jefe...pero desde ya, bienvenido al grupo!.-