Examen de Shin Kiyomi

(En este examen deberas relatar las reacciones de Shin al encontrarse inesperadamente con su fallecida amiga, el posterior encuentro con una horrible verdad y el despertar de sú Persona)

11:50PM

Una noche despejada y serena envolvia a Kanazawa, al igual que tantas noches previas, la calma reinante seria la antesala a una nueva noche de locura invisible a ojos normales.
Shin debia ser uno de esos ojos invisibles, pero el destino tenia planes diferentes para aquel joven cuya historia se habia envuelto en tragedia...Primero fue un suave campanilleo el que resonó en su habitacion, luego susurros y voces familiares.

00:00PM

Los sonidos que parecian resonar en la habitacion del joven cesaron, y esta vez fue una voz clara y audible la que le quitó de su sueño...una voz familiar, una voz de niña, una voz que creyó que jamas volveria a escuchar-

-Shin!-

A travez de su ventana, el enfermizo brillo verde de la luna innatural lo bañaba todo en una angustiosa penumbra mientras que en lo alto del firmamento, Babilonia volvia a alzarse gloriosa y tenebrosa al mismo tiempo. Aquel campanilleo volvió a sonar con mas fuerza y claridad, alarmando finalmente a Shin y obligandole a despertar levemente sobresaltado.

-Shin!, despierta! soy yo, Megumi!!-

Si el joven respondia a aquel llamado y se asomaba a la ventana, veria con perfecta claridad a su querida amiga parada en la calle, mirando hacia la ventana esperando a ver aparecer a su viejo amigo.

El joven Shin se encontraba placidamente durmiendo, era obvio, siempre tenia que mostrarse hiperactivo lo que le quitaba toda sus energias de forma casi inhumana por lo que siempre terminaba cansado y antes de medianoche terminaba en un sueño sumamente profundo.
Se comenzo a escuchar un leve campanilleo en el lugar, poco despues todas las voces, los ruidos y aparatos teconologicos, cesaron de forma extraña, aunque el joven, aun seguia durmiendo tranquilamente, extraño en el debido a que siempre terminaba despertandose por una pesadilla que involucraba las muertes de Megu-tan, como le decia a su querida y primer amiga, Megumi, y la muerte de su amado "Aniki", hacian de el todas las noches de pesadillas que lo despertaban cubierto en sudor.
Shin, comenzo a escuchar que alguien repetia su nombre, una voz femenina, no le tomo importancia en un inicio debido a que no la reconocio, pero luego, se desperto sobresaltado y alterado ¿Habia escuhado bien? ¿Megumi le hablaba? ¿Su amiga muerta? ¿Es un sueño? Todas preguntas de este tipo circulaban por la mente del joven hasta que salto de la cama para ir directo a su ventana la cual daba hacia la calle, y ver en efecto a su amiga fallecida hace ya un tiempo, y algo mas llamo su atencion, una torre, realmente bizarra, y aparte, una luna con un color enfermizo y molesto ante los ojos del joven.
Al ver a Megumi en la calle, no le intereso si esto era un sueño, una pesadilla, o simplemente la realidad, el joven se calzo, se cambio el pijama de color gris que tenia vestido, y salio disparado hacia la puerta de su habitacion, para bajar por las escaleras continuas a esta con un fuerte ruido, no le importaba si despertaba a alguien y corrio hacia la puerta principal de la vivienda, para salir corriendo a toda velocidad y "chocar" de un terrible abrazo a su amiga.
-¡MEGU-TAN!- Grito Shin, con todas sus fuerzas, estaba abrazando a su mejor amiga, a quien realmente creia que no volveria a escuchar su voz, y mucho menos verla, el joven, como siempre, demosotro lo que algunas personas creian molesto de el, comenzo a llorar como un niño pequeño mientras abrazaba fuertemente a Megumi.

Megumi abrió los brazos y atrapó entre ellos a Shin abrazandolo por igual, si el joven caia en el detalle, el tacto de ella era frio...innaturalmente frio. La joven emitio una suave risa y le dió un par de palmadas en la espada a su viejo amigo.

-ma ma...siempre tan energetico Shin-chan! me da gusto volverte a ver...-

Se separó un momento de él y lo tomó de las manos, mirandole con la amigable sonrisa que era tipica de ella...la misma que Shin nunca pudo olvidar.

-nee nee Shin-chan! ven conmigo si?...hay algo que quiero mostrarte!- Dijo entre emocionada y nerviosa, dando un par de pasos hacia la calle que convergia en la torre a los lejos y jalando suavemente de la mano dal chico, indicandole que le siguiese.
Nuevamente en su mente resonaron voces y extraños susurros, entre los mensajes incomprendibles parecia haber uno que le indicaba que no la siguiese...aun asi, estar frente a su vieja amiga a la que creia que jamas volveria a ver, ese sentimiento era mas fuerte que cualquier otro mensaje dentro de su mente.

Antes de caer en cuenta, ya estaba corriendo tras Megumi atravezando las calles una a una, su amiga no decia palabra alguna, pero de tanto en tanto volteaba para verle y sonreirle alegre, como si disfrutara de aquella loca carrera nocturna con Shin.
Finalmente ambos llegaron a las puertas del castillo Rokuen, ahora convertido en aquella terrible torre...niebla y tinieblas envolvian los alrededores, como si la entrada a la torre fuese una invitacion innegable.

-Mira Shin-chan!...no es increible?, esta torre salió de la nada!...no crees que seria divertido que la exploremos?- Preguntó emocionada la joven, soltando la mano de Shin y comenzando a ascender por las escaleras de acceso hacia el arco de entrada del fantasmal edificio.

-Uhmmm...parece que no hay nadie, esperame aquí si?...iré a asegurarme- Volvió a voltear sobre si misma y le dedicó una nueva sonrisa antes de reanudar la marcha y desaparecer tras la puerta. Unos minutos despues de un inquietante silencio, la voz en eco de Megumi se dejó oir desde el interior.
-Shin-chaaaan!, ven! estoy esperandote!!-

El joven seguia llorando como un niño pequeño, como si hubiera vuelto a su infancia, aunque notaba algo frio en el abrazo con mejor amiga, quizas era... Frio? Si, quizas era eso, quizas habia estado la noche fuera y por eso estaba asi, eso pensaba el joven, para no pensar otra cosa, o mejor dicho, no deseaba pensar otra cosa.

Luego el joven escucho lo que dijo esta, y viendo como actuaba, sin duda era ella, siempre tan suelta con el, capaz de mostrar como era en realidad y sobre todo, esa sonrisa que solo ella podia lograr y la que habia sacado de tantas tristezas al joven, simplemente se seco las lagrimas para poder preguntarle. -¿Que quieres mostrarme Megu-tan?- La joven no le respondio, simplemente le jalo suavemente para que la siguiera, simplemente lo hizo, tantos sentimientos acumulados por la chica no hacian mas que decirle que la siguiera, aunque algo, algo dentro de su mente le decia que no la siguiera, un susurro, la misma clase de susurros que comenzo a escuchar poco despues de la muerte de su hermano, aunque, simplemente no le hizo caso a este susurro, siguio su camino, siguiendo los sentimientos hacia la joven quien le enseñaba el camino a donde ir.

El camino no era muy largo, o quiza si, para el el tiempo se hacia corto cada vez que la chica junto a el le sonreia de forma alegre y energica, como si fueran esos dias que iban de paseo por la ciudad, o simplemente cuando llegaban tarde al colegio por culpa de este que se quedaba dormido, era como si estuviera con ella y disfrutara de esos viejos tiempos.
Sin darse cuenta llegaron a la entrada del castillo Rokuen, bueno, o esa era la ubicacion en su lugar se encontraba una especie de torre, enorme, extraña y bizarra, y la niebla recorriendo el lugar era aun mas extraño y mas escalofriante que hacia unos momentos.

-Si, es increible, pero realmente ¿Seria buena idea explorarla?- Le pregunto, dudando por un momento el ingresar a la torre, aunque viendo a su amiga, en aquel lugar, y tan interesada en investigar la torre, olvido por completo que hizo esta pregunta, simplemente afirmando con una sonrisa sincera, y real de las que solo se las mostraba a ella.
Vio como la chica ingresaba a la torre para ver si no habia nadie, y luego escucho un grito de esta llamandole para que ingresara, aunque algo extraño habia en el, simplemente no le dio importancia, y comenzo a caminar hacia la torre, pensando que le esperaria en esta.

Dentro de la torre, el panorama era totalmente diferente al exterior. El hall de entrada parecia hecho de cristal, con una gran y lujosa alfombra roja que recibia a quienquiera que se adentrase...una sala muy espaciosa no mostraba más que un juego ascendente de grandes escalones, y a la derecha de la misma, un gran espejo de pared en el que Megumi parecia observarse en silencio, de espaldas a Shin.

Cuando el joven se acercó a su amiga, ésta le dedicó una nueva sonrisa mirandole por sobre su hombro y caminó directo hacia el espejo, atravezandolo y reapareciendo del otro lado, mirando directamente a Shin.

-jajaja!...este lugar es increible...ven Shin.- Habló desde el otro lado del espejo, pero esta vez su voz sonó mas apagada y lúgubre...lentamente el rostro de Megumi comenzó a cambiar, su piel se volvió gris y cenicienta, sus ojos se vaciaron dejando solo dos oscuras cuencas infinitas y sus labios se curvaron en una maligna sonrisa.

-Ya nada volverá a separarnos....te llevaré conmigo al otro lado....a la oscuridad...- Tras sus tetricas palabras, varios y delgados brazos negros salieron disparados del espejo y se enrollaron a sus piernas, brazos y torso, dejando al chico casi inmobilizado mientras esas extremidades oscuras comenzaban a arrastrarle lentamente hacia el espejo. Solo la sonrisa estridente y macabra de Megumi resonaba en el interior de la torre como un eco enloquecedor.

Shin ingreso a la torre, como demostraba su camino, se sintio extraño al entrar, como si algo dentro le dijera que no deberia estar ahi, que debia salir corriendo enseguida, pero no le hizo caso, solo le importaba su amiga, su verdadera y primer amiga, Megumi, la cual habia querido que ingresaran a la torre y asi lo hicieron.

Dentro la torre, era extraña, no parecia bizarra como en el exterior, era mas ¿Majestuosa seria la palabra? Si, era mas majestuosa por dentro, y no la bizarres que se mostraba por fuera, el luegar estaba hecho de un cristal, que a simple vista era simplemente hermoso, sin poder describirlo de otra forma, una lujosa alfombra roja que se dirigia a un sin fin de escalones, siendo esto ultimo lo extraño del lugar, sin mencionar que era sumamente espaciosa.

El joven veia el lugar con asombro, creia que era un sueño y no la vida real, simplemente un sueño del cual parecia no querer despertar, mas teniendo a su amiga a su lado, aunque le parecio extraño y asombroso como esta se metia dentro del espejo, y hablandole desde este, como si fuera su propio reflejo. -Es increible ¡Megu-tan!- Exclamo asombrado viendola atravez de esto, aunque, poco a poco, lo que el creia su sueño perfecto, se fue transformando en una pesadilla, al ver como su amiga, cambiaba extrañamente, como si ya no tuviera vida, y lo peor de todo, su voz ya no era la de la dulce y gentil Megumi que el conocia, era como si alguien la hubiera cambiado.

Escucho lo ultimo que dijo su mejor amiga, antes de darse cuenta que estaba siendo apresado por varios brazos que salian desde el espejo, era extraño, y escalofriante, el joven rapidamente penso que ese sueño ya no lo queria, queria despertar, despertar para no volver a sufrir esto, no volver a ver a una Megumi asi. -Tu no eres Megu-tan...- Susurro el joven levemente con un tono de tristeza, en el fondo lo sabia, su amiga nunca seria capaz de hacer algo que lo lastimara, despues de todo, el lo sabia porque en realidad, la amaba. El joven pensaba que quiza hubiera sido buena idea hacerle caso a esos susurros en su cabeza, que le advirtieron desde un inicio, ahora entendia esas advertencias, esa no era la verdadera Megumi a la que el amaba.

-aaaajajaja!!...pero que dices?, por supuesto que soy yo...ya no me reconoces?- DIjo en tono ironico e increiblemente siniestro el reflejo de Megumi en el espejo mientras los brazos seguian arrastrandole poco a poco hacia el espejo, a ese paso seria arrastrado a un cruel final.

Dentro de la mente de Shin, aquellos murmullos se convirtieron en una unica voz, esa voz clama cada vez mas fuerte dentro de su cabeza una palabra que se repetia una y otra y otra vez...Persona.

-No dolera...lo prometo...pronto estaremos juntos para siempre!!- Volvió a chillar la imagen en el espejo, pero una silueta blanca que parecia tener alas en su cabeza cortó los ligamentos de aquellos brazos devolviendole la libertad a Shinn, Tras el, un niño de aproximadamente su misma edad el cual portaba una larga pañoleta roja en torno a su cuello se acercaba caminando, empuñando una espada corta mientras aquel ser, parecido a un angel, se situaba a sus espaldas para desaparecer luego.

-Estas vivo...que alivio!, pensé que no llegaria a tiempo- Dijo el chico mientras se situaba a su lado y lo observaba con una leve sonrisa antes de cambiar su expresion a una más seria. -necesito tu ayuda en esto- Dijo una vez más y le tendió la mano para ayudarle a ponerse en pié...una vez que logró incorporarse, el niño buscó entre sus ropas y sacó de ellas una pistola la cual parecia más una replica que un arma real, sosteniendola entre sus dedos se la entregó a Shinn mirandolo seriamente una vez más. -Ten...yo haré lo que pueda, pero si las cosas se ponen dificiles...escucha a la voz en tu cabeza y te dirá que hacer.-

Delante del espejo, dos sombras negras se materializaron y salieron en busqueda del recien llegado, mientras que la Megumi del espejo emergió de él y comenzó a caminar hacia Shin.
-Que sucede?...crei que querias estar conmigo...- Dijo aquella figura mientras mantenia su paso hacia él. la mano de ésta se movió y cambió de forma logrando que sus dedos se convirtiesen en afiladas cuchillas las cuales resonaban mientras se movian.

-Usala...dejame salir...- resonó en la mente del chico un extraño mensaje...interpretarlo dependeria de él, pero si prestaba atencion notaria un hecho extraño, el chico que habia llegado para ayudarle, extrajo un arma similar y sin dudarlo la colocó bajo su mentón mientras pronunciaba un extraño nombre.

-Theofratus!!- Hiso eco a lo largo de la camara y jaló el gatillo, un estruendo similar a un disparo saturó el ambiente con la explosión, pero de aquel disparo, el angel que habia cortado las ataduras de Shin volvió a aparecer sobre el recien llegado antes de lanzarse contra las sombras.
Estando aquel chico ocupado con las otras creaturas...dependia de Shin y de su instinto descubrir que hacer...y si tendria la capacidad de luchar contra sus sentimientos para salvar su vida.

El joven ya no sabia que hacer, sabia que esa no era la Megumi que el conocia, pero estaba metido en un gran problema debido a que lo estaban arrastrando hacia el espejo una gran cantidad de brazos, y sobre todo, minutos antes habia empezado a pensar en los susurros, y estos empezaron a tomar una voz, una voz que solo repetia una cosa, una y otra vez: Persona. -¿Que?- Dijo el joven al solo escuchar eso en su cabeza, era realmente extraño, en mucho tiempo lograba entender esos susurros que aparecieron luego de la muerte de su hermano, o quiza, habian estado ahi siempre.

Nuevamente escucho el comentario de esa falsa Megumi, pero algo ocurrio que hizo sorprender estrepitosamente al joven, una aparicion nueva habia hecho su aparicion en el lugar, y que extrañamente lo desato de sus ataduras, estaban pasando demasiadas cosas raras en el lugar, quiza nunca debio haberse metido, o quizas esto fue obra del destino, quien podria decirlo. La aparicion que extrañamente tenia forma de angel mecanizado, desaparecio tras un joven con una enorme pañoleta roja rodeandole el cuello, este mismo se situo al lado de Shin y se alegro de que estuviera vivo, aparte de haber llegado a tiempo, pero lo mas extraño fue cuando le pidio ayuda. -¿Ayuda de mi?- Pregunto el joven extrañado, ya habian ocurrido demasiadas cosas raras, ¿en que podria ayudar? se preguntaba hasta que el joven frente a el le dio una pistola, claro, quiza seria para proteccion propia, pero seria capaz de usarla, eso era lo unico que se cuestionaba el joven al ver el arma, aunque era extraño, tenia unas siglas S.E.E.S. aunque no le dio mucha importancia, debido a la tension que habia en el lugar.

El joven tomo la compostura y se paro para ver como Megumi se acercaba a el, cambiando misteriosamente su mano de forma. -Lo sabia...- Musito el joven, sabia que esa no era su amada Megu-tan, era imposible que fuera ella, ya que ella ya estaba muerta.
La misma voz que no hacia mas que repetira "Persona" en su cabeza, le dedico una frase -Usala...dejame salir...- Fue extraño para el joven, pero lo mas extraño fue ver al joven junto a el, usar la misma arma, en su mento y dispararse a la vez que gritaba un nombre y el ruido del arma resonaba estrepitosamente en toda la sala. Shin mientras se distraia viendo al de la pañoleta roja, no se dio cuenta que la falsa replica de Megumi se acercaba hacia el, y solo escuchaba repetidas veces esa voz en su cabeza, hasta que el joven hizo algo extraño, aun para el, aun queriendo dispararle a esa cosa que se hacia llamar Megumi frente al, llevo el arma a su sien y grito -¡TU NO ERES MEGU-TAN!- Desafortunadamente para el joven uso tanta fuerza para el grito que jalo el gatillo, pero, ¿que habia ocurrido?

Al momento en que el chico gritó, el joven que habia aoarecido para ayudarle mostró una amplia sonrisa de satisfaccion al ver lo que acontecia. Al parecer si era un legitimo Persona user, solo restaba ver si tendria la fuerza de voluntad y el espiritu para controlarla.

-Aqui viene...- Dijo en un tono bajo mientras que para Shin todo se volvia blanco, entrando en un estado de calma total, como si realmente hubiese muerto...dentro de ese espacio infinito, dos voces nuevamente familiares se dejaron oir, las cuales identifico como las de Megumi y la de su hermano.

-Pelea y vive...Shin...- fue todo lo que dijeron antes que una erupcion de energia lo devolviese al instante posterior al disparo. Al abrir los ojos, una presencia se encontraba frente a el, una presencia de apariencia similar a la de un antiguo guerrero mitologico...alzó su arma en la que llevaba engarzada una hoz y la golpeó contra la opuesta impactando en un solido escudo.-Yo soy Perseo...la estrella que guiara el camino hacia la victoria!- Clamó resonando en toda la habitacion. -Ahora di mi nombre! y te entregaré mi poder!- Volvió a clamar, esperando a que Shin respondiese...habiendo despertado a su Persona, ahora dependia de él saber como controlarla y utilizarla para derrotar a esa creatura impostora que le habia engañado jugando con su corazon.